Hace un tiempo volví al barrio en el que pasé hermosos días, durante mis años de niño feliz. El lugar fue la casa de mis abuelos, en Francisco Álvarez, conurbano oeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina, a unos 40 y algo de kilómetros desde el centro porteño.
Bici, helados de limón, pastos crecidos, pileta (construida en ladrillos y cemento por mi abuelo), sapos y aventuras acompañaban el día a día de las vacaciones (de invierno, verano y algunos fines de semana durante el año).
La foto anterior es de la casa en cuestión, retratada hoy, cincuenta años después y la siguiente de la vista aérea de la zona.
Mapa aéreo de la zona en donde se ubica la casa mencionada.