El hombre vestía del color de su auto y de las aceitunas que tanto disfrutaba sobre la grande de muzzarella. Se delitaba con el sonido oscuro de la electricidad que atravesaba los cuerpos. El olor de la carne quemada penetraba en sus sentidos y abría su apetito. No era el único; ellos, luego del arduo trabajo diario, solían compartir sus logros en comunidad, cerveza y pizza mediante. Los 70s, bella época, una década ganada.
Subordinación y cobardía
Ficción
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