Su voz, profunda y sabedora, resuena en el ambiente. Las palabras fluyen certeras. El aire descansa su demoledora tensión, dando paso al despliegue de metáforas elaborado durante alguna jornada previa. Ella dice, el mundo escucha. Luego, un breve silencio previo a las imprescindibles sugerencias del maestro. A partir de ese instante, la máquina se renueva y vuelve a crear, su mente a crepitar y las irreverentes palabras a convidarnos ese, su mundo interior.
Voz de mujer
Ficción
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