Ella y el tren

Ficción

El tren avanza aplastando el pasto crecido sobre los rieles, mientras el atardecer invernal se hace uno con el horizonte lejano. Ella contiene la respiración, al hacerlo siente el aire helado que recorre sus hombros desnudos y la penetra sin pedir permiso. Un perro la observa calmo a pocos metros de distancia. No existe un mundo cercano, solo el frío haciéndose eco sobre la locomotora voraz. Duda, ya no piensa. Siente el ocaso en la piel. El fin está cerca. Cierra los ojos y lo escucha. Es la voz de él que grita ¡corten!